El pasado 25 de enero, el Rocasa Gran Canaria hacía oficial la salida del técnico Iñaki Ániz, tras haber alcanzado ambas partes un acuerdo para la interrupción de su contrato con la entidad teldense. Un anuncio que llegaba tras la eliminación del conjunto grancanario, a manos del Elda Prestigio, en la segunda ronda de la Copa de SM La Reina, que dejaba al Rocasa fuera de la fase final del torneo.
El anuncio ponía fin así a una etapa de siete meses y 16 días al frente de la primera plantilla, en la que el técnico navarro dirigió al equipo en tres competiciones oficiales: Liga Guerreras Iberdrola, EHF European Cup y la mencionada Copa de SM La Reina, con desiguales resultados, con dispares resultados y una irregular trayectoria con luces y sombras.
Antes de separar los caminos, el club ha querido agradecer su entrega y esfuerzo que no se ha visto recompensada con resultados, y hablar con él una última vez.
Iñaki, se acaba una etapa al frente del Rocasa Gran Canaria. ¿Cómo valorarías esta experiencia?
Para mí, ha sido una etapa de mucho aprendizaje. He podido descubrir la Liga Guerreras Iberdrola y lo que significa competirla en un club de máximo nivel como es el Rocasa. También, he podido descubrir a otros técnicos de la Liga y su forma de entender este deporte. Lo han puesto muy difícil en cada partido. Y, no por último menos importante, también ha sido una etapa de mucho crecimiento personal.
Si pudieras quedarte con alguna imagen de esta etapa, ¿con cuál te quedarías?
Tengo muchas, si te soy sincero. Recuerdo con mucho cariño cómo el equipo supo reponerse del mal inicio de liga y se vino arriba. Es cierto que al principio fueron momentos difíciles porque la victoria se resistía. También en ese período, la segunda parte de la primera vuelta, cuando ganamos nueve de los 11 partidos que disputamos, si contamos con los de competición europea. En ese momento, afronté el desafío de darle la vuelta a la situación. Fue algo inigualable. También me quedo con el reto tan complicado de ser capaz para convencer a las jugadoras que se podía remontar.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con jugadoras tan jóvenes y con poca experiencia en la élite?
Cuando estuve en Chile, también tuve una situación similar a esta. Cuando empecé, teníamos jugadoras de 40 y 41 años, otras 30… y otras de 18. El contexto era diferente porque era una selección nacional. Aquí han venido muchas jugadoras jóvenes a un equipo nuevo. Son buenas jugadoras, con cualidades, por lo que es importante el contexto adecuado para desarrollarse como buenas jugadoras. Siempre las he visto con ganas. A mi me encanta enseñar. Siempre me he sentido un maestro o profesor del balonmano. Me he sentido realizado como entrenador.
¿Qué es lo más positivo que te llevas de tu estancia en el Rocasa Gran Canaria?
Me quedo con que he entrenado en uno de los mejores clubs femeninos de España. Me quedo con todas las experiencias y viajes, en ese calendario exigente que nos obligaba a competir cada tres o cuatro días, miércoles y sábados. También con los seis partidos que ganamos en competición europea. Fíjate, del último de ellos, casi no han pasado ni diez días. Incluso me acuerdo de aquella imagen cuando las chicas ganaban al Jomi Salerno. Ese coro final para celebrar la victoria. Ha sido un aprendizaje enorme.
¿Dónde prosigue ahora la carrera de Iñaki como entrenador?
Ahora pues toca descansar. Este período ha sido muy intenso, con muchos partidos en un pequeño espacio de tiempo y eso merma. Especialmente, cuando los resultados no acompañan como uno quisiera. Ahora mismo, no me planteo otra cosa que no sea descansar. Si hubiera la opción de alguna experiencia en el extranjero, seguramente me la plantearía. A pesar de lo que pueda parecer, tengo más ganas que nunca de seguir creciendo y creo que aún me queda mucho por aprender.
Es el momento de los agradecimientos, ¿de quién te acuerdas en estos momentos?
Me gustaría agradecer en primer lugar al club por darme la oportunidad de entrenar. A la afición, gracias por estar ahí a pesar de las derrotas. Fui muy feliz viéndoles celebrar las victorias, como cuando ganamos a Costa del Sol o los triunfos europeos. A los técnicos y médicos del club, gracias, porque su labor ha sido de gran importancia. Y, muy en especial gracias a las jugadoras, porque todas y cada una han dado el máximo en cada momento.