El Rocasa arrancó este sábado su andadura en la Liga Guerreras Iberdrola con una durísima derrota ante el Balonmano Porriño (21-31) en casa. Las gallegas se mostraron más sólidas durante todo el partido. La mejor noticia para las teldenses, el regreso de Silvia Navarro tras nueve meses de ausencia.
Las teldenses fueron hoy víctimas de su primera parte. O, mejor dicho, del primer tiempo de su rival, que no ofreció ninguna opción al Rocasa. Las gallegas empezaron a conquistar el encuentro desde prácticamente su inicio. Un gol de Maider Barros en el minuto 7 ponía un incómodo 1-5 para las grancanarias en el marcador. Un arranque que marcaría el resto del encuentro.
En el bando local se evidenció lo que su técnico ha venido explicando toda la pretemporada: el Rocasa es aún un equipo en construcción, con muchas jugadoras nuevas, que necesita tiempo para alcanzar su mejor versión. En cambio, el Balonmano Porriño demostró que su quinto puesto el curso pasado no fue fruto de la casualidad. Un conjunto muy a tener en cuenta en esta Liga Guerreras Iberdrola.
Con todo, dos goles de Martina Lang ponían al Rocasa a tan solo dos goles del Porriño (4-6). Las gallegas volvían a acelerar en el marcador. La distancia cada vez se hacía más evidente y, al descanso, Porriño ya marcaba una ventaja considerable (10-16) en el electrónico. Una victoria visitante que solo podría evitar una excelsa segunda mitad.
A pesar del resultado adverso, el Rocasa hoy tuvo un gran motivo para esbozar una sonrisa. Silvia Navarro, su veterana guardameta, regresaba a un partido oficial nueve meses después de su grave lesión en el Europeo. Participó en el tramo final del primer tiempo y durante gran parte de la segunda mitad.
Su actuación, aún con la lógica falta de ritmo competitivo después de tanto tiempo de ausencia, fue notable. La presencia de la valenciana siempre da alas a su equipo. Sin embargo, su concurso no fue suficiente para contener el gran partido de un equipo visitante que, lejos de levantar el pie del acelerador, seguía acumulando goles para distanciarse aún más en el marcador.
El reloj corría en contra del Rocasa. Cada vez menos minutos por disputarse y una distancia cada vez mayor. Los nervios hicieron acto de presencia y las prisas no ayudaron en nada a las de Ániz, que acumulaban errores y falta de puntería. Dos factores que el Porriño supo aprovechar para consolidar su solvente victoria (21-31) al término de los sesenta minutos de partido.
Sin tiempo para lamentaciones, el Rocasa comienza ya a pensar en su siguiente compromiso liguero, que tendrá lugar el próximo miércoles, ante el Caja Rural Aula Valladolid en tierras pucelanas. Sin duda, esta es la mejor noticia para las teldenses. Una inmejorable oportunidad de resarcirse del amargo estreno liguero.